Un sitio para vaciar las historias de muerte y muertos
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martes, 28 de diciembre de 2010
Carmen
Porcelana fina tirada en todas y ninguna parte, Carmen, tu nombre leo entre la hierba que piso con saña. Sonrio sin querer, ante tan bello espectáculo de tu sangre en el piso, sin pasión ni pretenciones, sin nada para mi. Bien se y bien sabias que no había ser sobre la tierra...no, sobre cada sistema, que te amara tanto como lo he hecho yo. Que banal, como una cualquiera, suplicando por tu vida mientras te desvanecías lentamente. Creo incluso que te tengo lastima. No entiendo el que, pero lejos de aquí se oye la guitarra española y me hace pensarte. Carmen, fútil y dulce Carmen que descansa entre descompositores. Carmen, como pudo tu nombre pasional engañarme tan fácilmente?De quien son las manos que recorrieron tu cuerpo? que nombre suspirabas? aun viendo tu cadaver creo en tu inocencia virginal, en tu fidelidad y en todo aquello en lo que se y comprobé que mentías. Carmen, no entenderás el gusto con el que piso todo tu ser, y los fragmentos de vitae. Diria tu nombre mil veces, quiza mas. Bisquit de tu piel, sensual e infantil, bisquit toda tu, de la misma manera, tan gelida y fina, al final se fragmenta.
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