Mi nombre nació tachado del libro de la vida
trazado en otro libro, incuso antes de saberlo
trazado con sangre, y perdura aun en contra
de todos los deseos que me quedan de morir
En cambio tu, la del nombre pintado con agua
vienes y te vas, desapareces...
dulce y bienaventurada tu cualidad
sigue vagando entre ese mundo de colores
donde los latidos te recuerdan tu existencia
donde tibiamente podrás descansar en paz
mientras tanto, yo en mi agonia espero
perdido en los sueños pintados de carmín
donde solo y vacuo no puedo dejar de caer
Una historia. Una historia que sean dos historias realmente. La diferencia del cuento radica en quien lo cuenta .Uno es quien narra la historia de un hombre y una mujer, como muchas de las historias si no me detengo a pensar en Carmilla… el otro narraría la historia de si mismo a partir de ella. Pero y yo, en mi condición de condenado…. ¿que tipo de historia podría escribir?
La historia inicia al principio y termina al final de la historia, esto era lo que mas deseaba. Una historia con un principio y un fin. Sin más. Pero el cuento inicio con la muerte del poeta, y el final llegara hasta el último latido de su musa, no antes, ni después. Su fin seria ese. Esa es la historia que deseo escribir ahora
En un país de un nombre impronunciable para los terranos y los angélicos, existió una doncella fabricada a partir del amor de un hombre, y cuyo nombre fue escrito con agua, para así hacerla aparecer y desaparecer a placer.
Mas lejos que cerca de ese lugar, existía un escritor que había muerto y renacido cinco veces, tratando de inmortalizarla.
-Me gustaría que esta historia tuviera un fin- dijo el escritor.- Ponerle fin a lo irremediable, para que mi Ana permanezca eterna. Aun contra su voluntad, y la voluntad de los dioses que la han creado.
Es así como va la historia.Ana será una misma. Los mismos ojos que en el retrato eran grises como la tormenta, la misma sangre caliente, –la única prueba latente que me denotaba su impureza-solo una vez probada, ese corazón apasionado tan incapaz de amarme.Ana, ese era el nombre de la mujer del cuento . Reversible, sin causar confusiones. Ana, inmediato, simple, perfecto, como ella.
El nombre del infeliz, sin embargo, hablaba poco de si. La sombra de la luna, solo significaba eso, y eso era lo único que significaba. Aparentemente vivo, sin alma, negro, que se mueve al compás del que le controla. Eigetsu, ese será el nombre de mi marioneta falsa.
La historia no termina, ni terminara nunca. El escritor es un condenado. Condenado a la eternidad…a su circulo eterno. En cambio, ella merece la libertad. Ella solo es mia dentro de la prisión grata de las hojas blancas que tratan de portar su historia
¿Qué sigue ahora?...
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